De la cuna a la cama: lo que puedes hacer (y no hacer) para facilitar el tránsito

Si éste es tu primer bebé, el paso a la cama seguramente te esté costando un poco de malestar y nervios. ¡Es normal! Las primeras veces, en todo lo que tiene que ver con tu peque, acostumbran a ser muy intensas emocionalmente.

No hay nada de lo que preocuparse, tu bebé va a conseguir dormir en su cama de transición o en su cuna convertible sin problemas, solo tienes que tomártelo con calma, no tener prisa, y dejar que las cosas fluyan. Muchas veces, somos nosotras mismas las que nos presionamos y ponemos fechas límite. A veces lo hacemos por necesidad (¡llega un hermanito!), porque sientes la presión de tu alrededor (mis amigas ya han hecho el cambio) o porque sientes que así es como deben ser las cosas, ya se está haciendo mayor (¡error!).

No hay una edad establecida para hacer el cambio de la cuna a la cama, no debe hacerse de una determinada manera y tu bebé no es diferente por seguir durmiendo en su cuna hasta más adelante o por haber ido a la cama de tránsito antes. Simplemente, cada bebé es diferente, tiene sus propias necesidades y es importantísimo no presionar. Dejarle crecer a su ritmo es el mejor regalo que le puedes hacer.

Cuándo pasar de la cuna a la cama

No hay una edad adecuada para decir adiós a la cuna. En general es algo que se plantea alrededor de los 3 años, pero cada niño es diferente y sus necesidades son únicas. Ten en cuenta las siguientes premisas:

  • Si tu hijo duerme bien en la cuna y no lo notas inquieto, no tengas prisa en hacer el cambio.
  • En cambio, si tu hijo se despierta atravesado, nervioso o de pie intentando saltar de la cuna, quizás es que ha llegado el momento de dar un paso adelante.
  • Los niños que no duermen demasiado bien, que se despiertan a menudo, seguramente seguirán durmiendo mal en la cama de transición, pero les estarás dando herramientas para gestionar su ansiedad, ya que podrán levantarse y pedirte ayuda de una manera más autónoma.
  • Evalúa su madurez. Hay niños que de forma natural son autónomos y saben gestionar bien sus emociones. En cambio, los hay más impulsivos, movidos y terremoto. Todos ellos acabaran durmiendo felizmente en su primera cama, pero tienes que saber ver cuando ha llegado el momento oportuno.
  • No fuerces la transición a causa de cambios inminentes en vuestras vidas, la llegada de un hermanito, por ejemplo. Tira para adelante con el proyecto si lo ves preparado, pero si no es así, busca una alternativa. Dormir con dos bebés en la misma habitación es posible. Algún día tendréis serenata nocturna, seguro, ¡pero también va a ser más divertido!

 

Consejos para una buena transición de la cuna a la cama

¡Ojalá pudiéramos darte la poción mágica para que el paso de la cuna a la cama sea perfecto, pero no la tenemos. Aún así, sí tenemos experiencia con trucos que seguro que te ayudarán.

  • Anticípate al cambio: esta nueva hazaña bien se merece hablarlo en casa. Píde su opinión.
  • No hagáis el cambio junto a otros cambios. Ya sabemos que los niños necesitan rutinas para estar tranquilos, así que, para ser emocionalmente respetuosos, deberemos introducir los cambios de uno en uno.
  • Cread juntos un proyecto de decoración. Escoged un vinilo para decorar la pared, cread una obra de arte que pueda decorar la cabecera de la cama… Si el peque se hace dueño del proyecto, el lugar no se le va a hacer tan extraño.
  • Comprad juntos una funda nórdica a su gusto, para estrenar en la nueva cama.
  • Alíate con su muñeco de apego. Si tu hijo tiene un juguete “preferido”, es imprescindible que éste le acompañe en todo el proceso. Será un buen compañero en momentos de duda o estrés.
  • No siempre es buena idea el argumento de “hacerse mayor”. Si tu bebé no está muy convencido del cambio a la cama de mayores, y tú lo utilizas como argumento, la idea se te puede girar en contra. Algunos niños deciden que si ser mayor es dormir solo, prefieren seguir siendo pequeños, y por lo tanto, actuarán como a tales. Por esta razón insistimos tanto en que te asegures de que tu hijo está emocionalmente preparado.
  • Haced una inauguración. Aprovechad las novedades para invitar a los abuelos a merendar y así poder mostrar la nueva cama y las decoraciones que habéis preparado.
  • No pasa nada por dar marcha atrás. Si la idea no sale como esperáis, volved a la cuna. Dejadle un tiempo de margen, acabará siendo él quien os pida finalmente el cambio.

La importancia de la rutina de sueño al pasar de la cuna a la cama

Al igual que has hecho hasta ahora, mantener una rutina antes de ir a dormir va a resultar vital para ayudar a la adaptación a la cama de transición. Seguid un orden regular y realizad las mismas acciones cada día, con las mínimas variaciones. Como un mantra: baño, cena, dientes, cuento, canción, besito y abrazo. En cada uno de los pasos, el bebé se va relajando, se  anticipa a lo que va a seguir, permitiéndose así bajar la guardia y dormirse relajadamente.

Cómo debe ser la primera cama de tus peques

Una primera opción muy interesante es la cuna convertible.  Es algo que tienes que plantearte de buen principio, pero es ideal porque llegado el punto en que tu bebé ya está preparado para hacer el cambio, la cuna se convierte en una cama muy cómoda y segura para los primeros años.

La cama de transición permite facilitar el paso de la cuna a la cama de una manera progresiva. Acostumbran a ser camas muy bajitas o con una ligera barandilla para evitar peligros y fomentar su autonomía. Las camas Montessori son una alternativa fantástica que aúnan diseño y buen gusto con un conocimiento experto de las particularidades de esta etapa del desarrollo.

Cama Casita Montessori

Sitúa la cama en una habitación cerca de la tuya, para que pueda comunicarse contigo con facilidad. Y añádele siempre una luz quitamiedos cerca de la camita. La luz tenue que emite no perturba el sueño del bebé y evita que la habitación esté totalmente a oscuras. Es perfecta porque el peque se siente más seguro y tú puedes entrar a la habitación sin necesidad de encender la luz del techo.

Cama Montessori con espejo

No te preocupes, lo harás bien, y tu peque seguirá creciendo fuerte y sano. ¡A seguir disfrutando de estos momentos irrepetibles!

 

 

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